Dos sociedades que tienen como principal fin invertir en la USS –Laguna Blanca Dos e IAB Inmobiliaria– acordaron en 2009 hacer “aportes reservados” a candidatos presidenciales y parlamentarios, lo que quedó plasmado en escrituras públicas. CIPER también encontró el “pacto de accionistas” de la USS, originado por una nueva venta de acciones. El crecimiento de la USS requirió nuevos créditos, nuevas sociedades y mayores ganancias para sus inversionistas, lo que significó que aumentaran hasta 10 veces el valor de los arriendos que la universidad debió pagar a sus sociedades relacionadas.
CIPER Chile |
En 2008 la Universidad San Sebastián (USS) ya contaba con 14.380 estudiantes en las sedes de Santiago, Concepción, Valdivia, Osorno y Puerto Montt, de los cuales 2.830 obtuvieron Crédito con Aval del Estado (CAE), lo que les reportó $ 4.312 millones. Habría mejores noticias al iniciarse el 2009, luego de que la USS apelara ante la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) al obtener nuevamente la certificación en las áreas de Gestión Institucional y Docencia Conducente a Título, pero sólo por dos años. Y a pesar de las evidencias de que “aún están pendientes los planes de desarrollo estratégico”, como indica el registro del ente regulador, el 25 de febrero de 2009 la CNA la acreditó por otros cuatro años (hasta 2012).
Así, 2009 se iniciaba con un flujo de dineros hacia los controladores de la USS que crecía sin obstáculos mientras se construía el futuro Campus Bellavista, frente a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, y se esperaba la entrega material del terreno e inmueble que ocupaba el Colegio Santiago College en Providencia, para instalar allí su nuevo Campus Los Leones. La búsqueda de sellos de la elite obtendría muy pronto nuevos logros.
El 28 de agosto de 2009, las sociedades controladoras de la Universidad San Sebastián aceptaron un nuevo socio: el científico y Premio Nacional de Ciencias Pablo Valenzuela Valdés, cabeza del Grupo Avalón, constituido el 22 de mayo de 2009, compró el 10% de Inversiones Laguna Blanca S.A. y de Laguna Blanca Dos S.A. (1.590 acciones de cada una), “mediante instrumentos privados” y por un monto total de $3.760.129.894.
La nueva venta obligó a sincerar los pactos de accionistas frente al recién llegado. Un conjunto de escrituras que CIPER rastreó y encontró permitieron desentrañar a los verdaderos propietarios de Inversiones y Asesorías Educacionales S.A., la accionista mayoritaria de las sociedades controladoras de la USS. Porque finalmente, Valenzuela no sería el único nuevo socio que aparecería.
NUEVOS NOMBRES EN SOCIEDADES RELACIONADAS
Pablo Valenzuela Valdés |
El documento notarial hallado por CIPER resume los cambios societarios ligados a la USS. Describe el “pacto de accionistas” del 22 de mayo de 2007, que tras el ingreso de Alejandro Pérez y Luis Ernesto Videla a Inversiones Laguna Blanca S.A. –relatado en la primera parte de esta serie–, los dejó como “controladores” de la sociedad a través de Inversiones y Asesorías Educacionales S.A. después de haber pagado más de $30.000 millones. Inversiones La Foresta, Inversiones Puerto Porvenir e Inversiones Esmeralda Ltda., ligadas a los dueños anteriores, Pilar Zavala, Javier Pivcevic y Cecilia Salvatierra, respectivamente, quedaron como “accionistas minoritarios” de la propiedad de las dos principales sociedades controladoras de la Corporación U. San Sebastián.
El documento da cuenta de que el 21 de diciembre de 2007, Inversiones La Foresta S.A. (Zabala) e Inversiones Puerto Porvenir S.A. (Pivcevic), transfirieron la totalidad de sus acciones a las sociedades Inversiones Tangente S.A. e Inversiones Parenas S.A., respectivamente. Las nuevas sociedades se convertirían en el capital minoritario controlador de la Universidad San Sebastián.
La sociedad mayoritaria –Inversiones y Asesorías Educacionales S.A.– también registró cambios: vía instrumento privado firmado el 2 de junio de 2008, ingresaron a ella Copra S.A. (Marcelo Ruíz Pérez) e Inversiones Yuste S.A. (Andrés Navarro), luego de adquirir 600 y 200 acciones respectivamente.
La sociedad de asesorías e inversiones Copra no era una recién llegada ya que está ligada a la propiedad de la Inmobiliaria Andrés Bello desde sus orígenes. Fue creada en 1986 (con $1 millón de capital) por un grupo de profesionales ligados a la UDI: los ingenieros Ignacio Fernández Doren y Pablo Longueira Montes; el abogado Andrés Chadwick Piñera; el empresario Andrés Ismael Serrano Gutiérrez y Luis Adolfo Cordero Barrera. A ellos se les uniría Marcelo Ruiz.
Para los efectos de esta investigación, cabe destacar una de las modificaciones que experimentó Copra en sus estatutos. Su nuevo objetivo principal quedó así registrado: “Adquirir o conservar participación en sociedades anónimas o limitadas o en corporaciones, fundaciones o instituciones que tengan por objeto la creación, administración o desarrollo de universidades privadas o instituciones de educación superior conforme a la legislación aplicable a tales instituciones; adquirir o conservar participación en sociedades anónimas o limitadas que tengan por objeto el abastecimiento de materiales y de insumos, o la contratación de personal, o la prestación de servicios de mantención o reparación o otros tipos a instituciones de educación superior y específicamente a universidades…“.
Y en rigor, la relación del nuevo accionista de la USS, Pablo Valenzuela, con los dueños de Copra, tampoco era nueva. En noviembre de 2006, Copra y Valenzuela se asociaron para constituir “Servicios Integrales en Biotecnología S.A.”, cuyo nombre de fantasía es “Bíoplanet S.A.”.
EL PACTO DE ACCIONISTAS
Una vez sincerados los comensales, el documento hallado por CIPER da cuenta de la nueva venta. En el acápite final, Avalón adhiere al pacto y a todas sus obligaciones “en su calidad de socios activos o miembros de la junta directiva de la Corporación Educacional Universidad San Sebastián” (ver documento). En la notaría de Raúl Perry, CIPER encontró un documento similar al “pacto de accionistas” de Laguna Blanca S.A., que protocoliza la incorporación del Grupo Avalón a Laguna Blanca Dos S.A.
Ese mismo 28 de agosto de 2009, en otro documento encontrado por CIPER (Ver Contrato de prenda mercantil sobre acciones y prohibición), queda constancia de los montos involucrados en esta nueva venta de acciones (ver Nota 1). El documento está suscrito por Pablo Valenzuela, a nombre del Grupo Avalón, “la compradora”. Por las “vendedoras” firman: Alejandro Pérez y Marcelo Ruiz por Inversiones y Asesorías Educacionales S.A.; Javier Pivcevic por Inversiones Parenas S.A., Pilar Zabala por Inversiones Tangente S.A. y Cecilia Salvatierra por Inversiones Esmeralda.
El mismo 28 de agosto fue legalizada la escritura de la Asamblea de Socios de la USS, la que tiene un solo objeto: la incorporación oficial del socio que compró el 10% de la sociedad. Pero los papeles dicen otra cosa: “Los socios de la Sociedad Educacional Columbus (Alejandro Pérez) e Inmobiliaria Monjitas (Pilar Zabala) han manifestado su intención de presentar para ser considerada su incorporación como socio activo de la Universidad San Sebastián, a Sociedad Educacional Austral S.A.”.
Así, no es Pablo Valenzuela el que se incorpora como socio de la USS. Tampoco el Grupo Avalón, que aparece en todos los documentos de la transacción comercial, sino la Sociedad Educacional Austral.
Como consecuencia de la incorporación de Valenzuela, la junta directiva de la USS se amplió a diez socios: Alejandro Pérez, Pilar Zabala, Javier Pivcevic, Teresita Marchant Orrego, Andrés Navarro, Ernesto Videla Cifuentes, Ramón Valdivieso, Enrique Herrera Rodríguez, Patricio Cordero y Andrés Vaccaro.
APORTES A CAMPAÑAS
El 20 de noviembre de 2009 tiene lugar una importante reunión del directorio de Laguna Blanca Dos S.A., en avenida Las Condes 13.300. El motivo: “aportes reservados”. La campaña electoral presidencial y parlamentaria está llegando a su fin y la tensión crece. Deben decidir cuánto dinero aportar para asegurar el triunfo de sus candidatos. Así consta en la escritura que encontró CIPER en la notaría de Raúl Perry. Asisten: Pilar Zabala (quien preside), Alejandro Pérez, Marcelo Ruiz, Ignacio Fernández, Ramón Valdivieso y Javier Pivcevic.
En la escritura se lee: “Los directores comparten opiniones acerca del próximo proceso eleccionario en el que se elegirá Presidente de la República y a los diputados y senadores. En atención a la importancia que tiene para el país la elección de las más altas autoridades del poder Ejecutivo y Legislativo, y en consideración a la profunda inserción social que la compañía manifiesta en el desarrollo de sus operaciones, el directorio, por unanimidad, acuerda efectuar aportes reservados a ciertos candidatos a estos cargos de elección popular, de acuerdo a las disposiciones del párrafo tercero de la Ley Nº 19.844 sobre transparencia, límite y control de gasto electoral”.
Y se faculta a Enrique Herrera para que materialice “el o los depósitos correspondientes en la cuenta única que el Servicio Electoral mantiene en el Banco Estado de Chile”; y a Marcelo Ruiz Pérez, para que haga la declaración jurada sobre donaciones para fines políticos y solicite un certificado de aportes reservados para fines tributarios. Una hora duró la reunión según la escritura.
Lo extraño es que CIPER encontró otra escritura fechada ese mismo 20 de noviembre de 2009, que da cuenta de otra sociedad relacionada a la USS que se reúne para el mismo objetivo: “aportes reservados” a la campaña electoral. Esa reunión del directorio de IAB Inmobiliaria S.A. tiene lugar en la misma avenida Las Condes, pero en el número 13.305, al lado; y se repiten algunos nombres del directorio anterior: Alejandro Pérez (quien preside), Luis Cordero, Marcelo Ruiz Pérez, Ignacio Fernández Doren y Andrés Navarro. Los encargados de materializar el aporte serán los mismos de Laguna Blanca Dos: Enrique Herrera y Marcelo Ruiz Pérez (declaración jurada Nº 1.830 sobre donaciones para fines políticos).
Así, sin que los 16 mil estudiantes que tenía la USS a fines de 2009 tuviera conocimiento, sus dueños donan a campañas políticas parte de las ganancias obtenidas con el pago de aranceles, de los montos que ingresan por el Crédito con Aval del Estado (CAE), además de los pagos de arriendos y transacciones con los bancos para construir edificios en los que se usan como aval esos mismos contratos de arriendo de inmuebles a la USS. Como se verá, dinero no faltaba en las arcas de las sociedades controladoras de la propiedad de la USS a fines de 2009.
INCREMENTO EN FINANZAS PERSONALES
Las ganancias obtenidas a través de los negocios hechos con la USS, les permitieron a sus controladores incrementar sus finanzas personales. CIPER encontró huellas de algunos de esos movimientos en ese año. La escritura de Inversiones Puerto Porvenir, sociedad personal de Javier Pivcevic, registra un aumento de capital desde $1 millón a $6.789 millones. Allí se deja constancia que el aumento proviene del “aporte de sendas cuentas por cobrar” de Inversiones Parenas S.A. (de propiedad del mismo Pivcevic) por $3.768.330.761; y de Inversiones Rosario S.A. (sociedad a través de la cual Pivcevic es socio de la Corporación Universidad San Sebastián) por $3.012.654.102. Las sociedades de inversión Parenas y Rosario participan de la propiedad de Laguna Blanca y Laguna Blanca Dos, ambas relacionadas a la propiedad de la USS.
El 24 de diciembre de 2009, un día casi muerto para la mayoría de los ciudadanos que prepara la celebración de la Navidad, Inversiones y Asesorías Educacionales S.A., accionista mayoritaria de la USS, protocoliza en la Notaría de Raúl Perry un aumento de capital de $1.176.000.000 (desde $ 2.676.794.591 a $3.852.794.591). Firman: Alejandro Pérez, representando a Agrícola y Comercial Santa Inés S.A. (400 acciones); Luis Ernesto Videla, por Inversiones Americanas S.A. (400 acciones); Andrés Navarro, por Inversiones Yuste S.A. (400 acciones); Marcelo Ruiz, por Copra S.A. (1.200 acciones) y el gerente general Ignacio Fernández Doren.
El flujo de dineros entre la USS y sus sociedades relacionadas tendrá dos nuevas vías en esos últimos días de 2009 con la constitución de Asesorías Pilauco S.A. y Comercializadora Lientur. Ambas tienen como socios a la Universidad San Sebastián (representada por Luis Ernesto Videla y Sergio Mena) e Inversiones Laguna Blanca S.A. (por Marcelo Ruiz e Ignacio Fernández), y un capital de $1.200.000 (la USS aporta el 90,6%). En su primer directorio figuran: Luis Ernesto Videla, Marcelo Ruiz y Luis Cordero. Lientur tendrá como objetivo comercializar toda clase de artículos, libros, espectáculos y servicios –incluso “veterinarios”– con el logo de la USS “u otras instituciones educacionales”.
El 24 de febrero de 2010 tiene lugar una importante transferencia de activos patrimoniales: Inversiones Laguna Blanca S.A. le vende a Inversiones Laguna Blanca Dos S.A. por 1.000.000 UF ($20.905.460.000. valor UF de la fecha), el Lote 1 de la subdivisión de la propiedad de Dardignac Nº 44, Ernesto Pinto Lagarrigue Nº 47, Bellavista Nº 37 y Pío Nono Nº 40, “con todo lo construido y edificado”, mientras que los inmuebles en proceso de construcción se transferirán “con los permisos de edificación”. Serán precisamente todos esos permisos de edificación los que provocaran un grave problema judicial más tarde.
EL HITO QUE REMECIÓ A LA USS
El acelerado ritmo expansivo impuesto por los controladores de la USS, tuvo un vuelco dramático horas después del 27 de febrero de 2010. El terremoto que estremeció a medio Chile marcaría un hito trágico para la Universidad San Sebastián. Un grupo de directivos de la USS ligados a la principal sociedad controladora, falleció el 1 de marzo al estrellarse la avioneta monomotor en la que viajaban a Concepción para coordinar la ayuda a los afectados por el violento sismo.
En todas las sedes de la Universidad San Sebastián hubo conmoción ante la trágica muerte de Luis Ernesto Videla Berguecio, vicerrector de Asuntos Estudiantiles y Administrativos; Marcelo Ruiz Pérez, decano de la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la USS; Ignacio Fernández Doren, gerente de Inmobiliaria Andrés Bello; Pablo Desbordes, director de Asuntos Estudiantiles de la USS y ex presidente de la juventud UDI; Juan Guillermo Moya, gerente de proyectos de Inmobiliaria Andrés Bello y Rodolfo Becker, vicerrector de Administración y Comunicaciones del Instituto Profesional IPG.
Una de las consecuencias de la abrupta pérdida de tres de los principales socios de Alejandro Pérez en la sociedad controladora de la USS, fue la irrupción al primer plano de Luis Cordero, vicerrector de Planificación y Desarrollo de la USS y miembro del directorio de Televisión Nacional. Días más tarde, el 25 de marzo, Luis Cordero, designa a Luz María Pérez Roepke como nueva vicerrectora académica en reemplazo de Jaime Torrealba. Así se justificó su designación: “Ha participado como par evaluador en procesos de acreditación institucional y de carreras, a nivel nacional e internacional, así como en doctorados”.
El examen ante la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), en ese momento encabezada por Luis Eugenio Díaz –quien fue posteriormente encarcelado por cohecho al comprobarse que vendió acreditaciones–, era precisamente el proceso para el que la USS debía prepararse al enfrentar en 2012 su nueva acreditación.
A los pocos días del fatal accidente aéreo, en avenida Las Condes 13.305, se realizó la primera sesión de Inversiones Laguna Blanca S.A., después de la pérdida de dos de sus directores: Andrés Navarro ingresó en lugar de Marcelo Ruiz Pérez y Javier Pivcevic lo reemplazó como gerente. Luis Cordero quedó entre los investidos con amplias facultades. Los mismos cambios se ejecutaron para Inversiones Laguna Blanca Dos S.A.
A pesar del impacto por la pérdida de los socios, las operaciones inmobiliarias no se detienen. El 14 de abril se confieren poderes especiales para la compra de las propiedades de avenida Guillermo Bühler Nº 795 y 1787, en Osorno.
Las operaciones inmobiliarias requieren de nuevas partidas de dinero. Es así como el 1 de junio de 2010, los controladores de la USS deciden que Laguna Blanca se constituya en “aval, fiadora y codeudora solidaria” de todas las obligaciones que Inversiones Laguna Blanca Dos haya contraído y/o contraiga a futuro “a favor de los bancos o su cesionarios”; y se hipoteca el inmueble de Bellavista Nº 7.
COMIENZA LA REINGENIERÍA
En esa escritura de Inversiones Laguna Blanca S.A. hay constancia de un primer cambio accionario, el inicio de una reingeniería mayor. Todos los accionistas disminuyen sus acciones para darle cabida a Laguna Blanca Dos S.A., la que aparece con un 10% de las acciones (1.590), representada por Luis Cordero y Nicolás Kulikoff. Así queda el resto de la participación societaria: Alejandro Pérez y Enrique Herrera, representando a Inversiones y Asesorías Educacionales S.A. (con 8.501 acciones y el 53,46%); Pilar Zabala, por Inversiones Tangente S.A. (con 2.833 acciones y el 17,8%); Pablo Valenzuela, por el Grupo Avalón S.A. (1.431 acciones y el 9%); Javier Pivcevic, por Inversiones Parenas S.A. (con 1.064 acciones y el 6,69%); Cecilia Salvatierra Ibáñez, por Inversiones Esmeralda S.A. (481acciones y el 3,02%).
Ese mismo día se reúne la junta extraordinaria de accionistas de Inversiones Laguna Blanca Dos, sociedad que controla los arriendos de inmuebles a la USS y que mantiene su mismo capital accionario. Asisten: Alejandro Pérez y Nicolás Kulikoff por Inversiones y Asesorías Educacionales S.A. (59,4%); Pablo Valenzuela por el Grupo Avalon (10%); Pilar Zabala por Inversiones Tangente S.A. (9,79%); Javier Pivcevic por Inversiones Parenas S.A. (7,43%) y Cecilia Salvatierra por Inversiones Esmeralda S.A. (3,36%).
A partir de ese momento las negociaciones de créditos con los bancos se agilizan. Argumentando la necesidad de “ordenar y optimizar la situación financiera”, el directorio de Laguna Blanca acuerda negociar un crédito conjunto con varios bancos –Banco del Estado, Corpbanca, Banco Santander y Banco del Desarrollo– hasta por un monto de 3 millones de UF ($63.347 millones, valor al 1 de junio de 2010). La única condición impuesta por los bancos es la hipoteca de los inmuebles que se le arriendan a la USS y que se constituya prenda “sobre los contratos de arrendamiento”. (Ver NOTA 2 con la nómina de inmuebles hipotecados)
En un repertorio distinto CIPER encontró los compromisos suscritos con los bancos: a partir de ese momento todos los contratos de arriendo a la USS pasaron a ser “créditos prendados”. En nombre de la Universidad San Sebastián, garantizando el pago, firmaron: Alejandro Pérez y Luis Cordero. (Ver NOTA 3 con el detalle de los contratos).
No serán los únicos inmuebles hipotecados por esos días con el objeto de obtener nuevos flujos. El 10 de junio de 2010 se hace lo mismo con el inmueble de calle General Lagos 1140 y 1150 (sede Valdivia), para garantizar un crédito otorgado a Inversiones Laguna Blanca Dos.
Para los controladores de la USS no había ningún reparo en aparecer simultáneamente como representantes de la universidad o de sus sociedades financieras relacionadas. Así lo prueba otra escritura hallada por CIPER y que da cuenta del compromiso adquirido por Inversiones Laguna Blanca Dos de vender al Instituto Profesional Los Leones (representado por Fernando Vicencio Silva), el inmueble de República Nº 78, en 32.014 UF ($679.570.298, valor UF al 25 de julio de 2010). Como el inmueble estaba arrendado a la USS desde enero de 1998, fue necesario dejarlo sin efecto. Y en ese documento (22 de septiembre de 2010), aparece Alejandro Pérez firmando simultáneamente como representante de la USS (junto a Luis Cordero) y de Inversiones Laguna Blanca Dos S.A. (junto a Nicolás Kulikoff).
Días más tarde los socios de Laguna Blanca Dos S.A. (Nicolás Kulikoff y Ramón Valdivieso) renegocian otro crédito con el Banco Estado, esta vez por 600.000 UF ($11.845 millones), contraído en febrero de 2008 por Laguna Blanca, para la construcción del campus universitario de Recoleta. Los montos han cambiado: el crédito ahora asciende a 832.522 UF ($17.628 millones, según valor UF de la fecha) y será Inversiones Laguna Blanca Dos S.A. la que se hará cargo del pago.
UN REGALO EN RIO CALLE CALLE
Luis Cordero será por esos mismos días el promotor de un nuevo y fructífero negocio para la USS, cuando en nombre de las sociedades educacionales Ciclotrón, del Sur y Pío IX, abogue por la incorporación de la USS a la Corporación Regional de Desarrollo Productivo de los Ríos.
Nada dice el acta de lo que recibirá la universidad a cambio: en julio de 2011, el intendente de la Región de Los Ríos, Juan Andrés Varas Braun, con el aval del subsecretario de Defensa, Alfonso Vargas (ex diputado RN), le entregarán en forma gratuita a la sociedad controladora de la USS, Inversiones Laguna Blanca Dos S.A., la concesión marítima de uno de los sectores más apetecidos del río Calle Calle (Valdivia), para la “construcción y uso de una marina deportiva dedicada a los jóvenes de Valdivia”. Pero el acuerdo no se cumplió, porque en los hechos el privilegiado espacio fue de uso exclusivo de la Universidad San Sebastián. (Ver documento de cesión).
NUEVAS ALZAS EN LOS ARRIENDOS
El 30 de septiembre de 2010, los terrenos donde se ubica el campus Bellavista son objeto de un nuevo contrato. La escritura hallada por CIPER da cuenta de una operación entre la sociedad Desarrollo Inmobiliario Bellavista S.A. (representada por Gonzalo Rodríguez Correa y Francisco Walker Prieto) e Inversiones Laguna Blanca S.A. (Alejandro Pérez y Nicolás Kulikoff) y que se relaciona con los proyectos inmobiliarios “Edificio Dardignac 28” y “Bellavista Forestal”, con 358 departamentos, cuatro subterráneos, 380 estacionamientos y 344 bodegas. Días antes, Inversiones Laguna Blanca S.A. había decidido hipotecar los inmuebles que adquirió para garantizar ante el Banco Bice el cumplimiento de los pagos que su sociedad relacionada “Centro de Extensión y Convenciones Bellavista S.A.” mantenga con ese banco hasta por 200.000 UF ($4.269 millones). El 21 de diciembre de 2010, Inversiones Laguna Blanca S.A. le venderá los estacionamientos adquiridos a la sociedad Centro de Extensión y Convenciones Bellavista S.A., en 135.000 UF + IVA ($2.896 millones + IVA).
La nueva sede central de la USS requiere una nueva inyección de dinero. El 19 de noviembre de 2010, Inversiones Laguna Blanca S.A. (representada por Alejandro Pérez y Enrique Herrera) y la Constructora Cypco S.A. (por Alejandro Garfias Risopatrón y Mario Cuevas Monckeberg), suscriben un nuevo contrato de construcción del “Centro de Extensión Universidad San Sebastián Bellavista 2”. Como las obras se iniciaron el 10 de enero de 2010, el contrato no es más que la ratificación del anterior que estipula que el valor final será de 324.544,351 UF ($6.954 millones). Diez días más tarde, Inversiones Laguna Blanca deberá depositar un anticipo de 46.400,29 UF ($994.175.397).
Finalmente, el 29 de diciembre de 2010, las propiedades del complejo Bellavista pasarán a manos de Inversiones Laguna Blanca Dos S.A., cuando la otra sociedad controladora de la USS, Laguna Blanca, se los transfiera en 1.114.528,42 UF ($23.911.282.192). La escritura pesquisada por CIPER indica el detalle: Iglesia Liceo Alemán: 6.928,42 UF; Sede Bellavista Universidad San Sebastián: 805.000 UF; Bellavista II: 300.000 UF; Cesión de derechos: 2.600 UF.
Diciembre de 2010 está marcado por una nueva y sustantiva alza en los contratos de arriendo que le fija Inversiones Laguna Blanca Dos a la Universidad San Sebastián. En el contrato del 27 de diciembre, Alejandro Pérez aparece nuevamente representando tanto a la USS como a la sociedad anónima que les arrienda. Así, por ejemplo, el canon de las sedes de Pedro de Valdivia 1161 y 1187, en Concepción, pasa de 949,10 UF por mes ($20.360.842) a 13.506,44 UF mensuales ($281.960.036). Lo mismo ocurre para los inmuebles de calle General Lagos en Valdivia, cuyos montos suben de 1.017,84 UF ($21.835.508) a 7.211,45 UF ($154.705.722); y también en Osorno: Pelluco pasa de 4.560,39 UF ($97.833.089) a 6.536,44 UF ($140.224.874). En Santiago, la sede de Bellavista sube a 12.045 UF ($258.398.855); mientras que los inmuebles de calle Cumming 40, 44 y 48 y Erasmo Escala 2.338 y 2.346, suben de 1.788,58 UF ($38.370.031) a 3.730,65 UF ($80.032.851).
Estos montos cobrados por concepto de arriendo a la Universidad San Sebastián por la inmobiliaria Inversiones Laguna Blanca Dos S.A. contrastan con lo afirmado por su accionista principal, Alejandro Pérez, a El Mostrador el 18 de diciembre de 2012:
“En la medida que los precios del arriendo sean de mercado la corporación está pagando o comprando un servicio tal como cuando le paga a sus profesores o cuando compra un pizarrón. Las operaciones inmobiliarias no son necesariamente asociables a la obtención de lucro. ¿En qué condiciones no son asociables a lucro? Si una universidad arrienda un inmueble debiera pagar lo mismo a un tercero o a una sociedad inmobiliaria relacionada a los socios”.
-¿Se puede acreditar que el precio al que arrendaba la inmobiliaria era de mercado?
-Nosotros estamos en condiciones de demostrar que, aun cuando los sostenedores de la universidad eran controladores de la sociedad Inmobiliaria Laguna Blanca, sus transacciones eran a valores de mercado.
0 comentarios