Agotamiento, estrés y deterioro de la salud física y mental son elementos presentes en sus experiencias cotidianas, los que se exacerban cuando tienen hijos/as pequeños/as o son responsables del cuidado de familiares con alguna discapacidad o son adultos/as mayores. ¿Qué se requiere?
El Dínamo |
Lo que está claro es que las mujeres se incorporan más masivamente en la época reciente al mercado laboral, cuando éste se precariza y desregula, en un escenario social que cambia. Castel (1997) nos ayuda a comprender que dichos cambios producen nuevas incertidumbres, generadas por la flexibilización de las relaciones laborales y los procesos de reconversión productiva. Nombra a este fenómeno como la metamorfosis de la cuestión social, explicando la aparición de nuevos modos de inserción en la estructura social, inadecuación de los sistemas clásicos de protección y multiplicación de empleados precarios e intermitentes.
La decisión de las mujeres de comenzar a trabajar “remuneradamente”, porque aclaremos que siempre han estado a cargo del trabajo doméstico, trabajo pesado y extenuante, que se realiza sin horario y con altos niveles de intensidad, obedece a razones económicas familiares, pero también a una búsqueda de autonomía y desarrollo. Sin embargo, la relación trabajo, familia y vida personal, más en las mujeres que en los hombres, se produce cargada de tensiones y desarmonías.
Agotamiento, estrés y deterioro de la salud física y mental son elementos presentes en sus experiencias cotidianas, los que se exacerban cuando tienen hijos/as pequeños/as o son responsables del cuidado de familiares con alguna discapacidad o son adultos/as mayores. ¿Qué se requiere? Políticas y medidas de equilibrio entre la vida familiar y laboral bajo la mirada de la corresponsabilidad, en tres sentidos, a nivel macro responsabilidad del Estado y del Mercado; a nivel de las familias responsabilidad de mujeres y hombres intergeneracionalmente; y a nivel del trabajo responsabilidad compartida entre empleados/as y empleadores.
Servicios de cuidado de personas dependientes, aumento de cobertura de educación en primera infancia, jornadas horarias laborales flexibles, jornadas comprimidas o teletrabajo son algunas de las soluciones esbozadas por diversos estudios. Sin embargo seguirán quedando sólo como “letra muerta” o buenas ideas si no existe sensibilización a tomadores de decisiones en el valor de la corresponsabilidad y del balance equilibrado entre vida laboral, familiar y personal.
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