Debe ser un error, pensó. Se dirigió hasta las oficinas de su AFP y allí le explicaron de una ley, "la que nunca he visto y me confundieron completamente, no entregándome ninguna solución". Hoy está desilusionado y se arrepiente de haber jubilado de forma anticipada. "Ni siquiera me alcanza para la locomoción colectiva”, agrega molesto.
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¿Se imagina llegar un día a cobrar su jubilación y recibir de vuelta $200? Sí, $200. Ese es el monto que Hugo Soto Alvarado, de 70 años, está recibiendo desde finales de 2013. A los 52 años, el trabajador llevó a cabo los trámites para recibir su jubilación de forma anticipada. Desde entonces, mes a mes, recibió un monto de $40 mil. Pero hace pocos meses todo cambió. El insólito caso viene a poner otra vez sobre la palestra los cuestionamientos al actual sistema de AFP que ha sido blanco de duras críticas, y que vuelve al debate con la propuesta del gobierno de Michelle Bachelet de crear un sistema de pensiones administrado por el Estado.
Incrédulo, pensando que algo andaba mal o que tenía que haber un error, Soto se dirigió hasta las oficinas de su AFP. “Me explicaron de una ley, la que nunca he visto y me confundieron completamente, no entregándome ninguna solución. Luego me enviaron a la Superintendencia, que son los que los controlan a ellos, esa fue su respuesta. A final de cuentas, me andaban trayendo de acá para acá, les dije que estaban jugando ping-pong conmigo, así que me aconsejaron hacer una denuncia a la Superintendencia o comunicarme a través de Internet, para lo que le pedí ayuda a mi hijo. Me respondieron que tampoco tenían nada que ver con eso”, cuenta el trabajador, cuya historia fue dada a conocer por el diario El Pingüino.
Posteriormente, tras recibir un estado de pago en su casa, el trabajador volvió a insistir ante su AFP. “Como una burla me señalaron que tengo que cobrar 200 pesos en cincuenta años para recuperar mi jubilación, la que realizaron a mis espaldas, porque nadie me hizo firmar nada”, asegura.
“Creo que es un error realizar los trámites de jubilarse anticipadamente. Debí haberme jubilado a los 65 años, edad a la que esperaba que me reincorporaran a la jubilación el dinero que se descontaba a la empresa donde trabajaba”, dice.
Ante este increíble panorama, Hugo Soto deberá seguir trabajando para una empresa y prestando servicios de gasfitería. “No he ido a cobrar mi pensión de 200 pesos, porque ni siquiera me alcanza para la locomoción colectiva”, agrega molesto.
Se hizo asesorar por un abogado, Juan José Arcos, quien está revisando su caso. El profesional asegura que “lo primero es hacer las gestiones para que los parlamentarios de la zona puedan adoptar algún tipo de medida, ya que la ley que regula el sistema de AFP, el decreto ley, se puede modificar, no requiere un mayor trámite para que haya un cambio en la normativa, sino derechamente la voluntad de poder materializarlo. Y si se van a estar riendo de la gente de la tercera edad, es mejor que se pueda cambiar la ley”.
Asimismo, el abogado agrega: “Acá el Estado no se ha hecho cargo y si tuviéramos un sistema judicial civil que fuera efectivo, y no como lo que tenemos hoy, él podría incluso demandar al Estado por la negligencia y desidia por no dar una solución a este tipo de problemáticas. Acá no pueden existir jubilaciones que se burlen de las personas”.
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